GRUPO DE BOEDO Y GRUPO DE FLORIDA
Florida y Boedo
La tradición suelen ubicar al Grupo Florida como opuesto al Grupo de Boedo, aunque los límites entre ambos nunca estuvieron definitivamente marcados. Se atribuye al Grupo Florida una mayor identificación con las elites económicas, mientras que al Grupo Boedo se lo ubica más cerca de los sectores obreros y populares. El Grupo Florida se reunía en el centro, mientras que el Grupo Boedo lo hacía en los suburbios. Aquel daba máxima importancia a los aspectos de renovación de las formas artísticas, mientras el segundo, daba máxima importancia a los contenidos sociales y políticos.
De todas formas, algunos integrantes de ambos grupos se cambiaron de bando con el transcurso del tiempo y Borges llegó a confesar que esta rivalidad no pasaba de ser una broma.
Grupo Boedo
Fue un agrupamiento informal de artistas de vanguardia de la Argentina durante la década de 1920. Tradicionalmente, la historio-grafía cultural argentina lo opuso al Grupo Florida. Recibieron ese nombre porque uno de sus puntos de confluencia era la Editorial Claridad, ubicada en Boedo 837, por entonces eje de uno de los barrios obreros de Buenos Aires. El grupo se caracterizó por su temática social, sus ideas de izquierda y su deseo de vincularse con los sectores populares y en especial con el movimiento obrero.
Sus integrantes fueron:
Literatura: Leónidas Barletta, Nicolás Olivari, Elías Castelnuovo, Lorenzo Stanchina, Álvaro Yunque, Roberto Mariani, Raúl González Tuñón, Gustavo Riccio, Aristóbulo Echegaray, Alberto Pinetta César Tiempo, este último quien escribió también bajo el pesudónimo de Clara Beter. Roberto Arlt es a veces incluido en el Grupo Boedo (incluso él mismo lo hace en una entrevista).
Pintura: José Arato, Adolfo Bellocq, Guillermo Hebécquer y Abraham Vigo.
De todos modos, los bordes delimitantes de pertenencias para los integrantes fueron muy difusos y generaron más de una inclusión ya convencional ya injusta. El mismo Raúl González Tuñón, señalaba esta confusión de la crítica cuando recordaba que a él «y a mi hermano Enrique» (Enrique González Tuñón) los incluían sistemáticamente en Boedo -seguramente movidos por el tono social de su literatura-, cuando en realidad participaban y se sentían integrantes del grupo de Florida. También influyó en las vacilaciones clasificatorias cuestiones personales como la amistad y las relaciones laborales, por ejemplo: 1.La camaradería entre jóvenes que rondaban los 20-25 años ejercía una influencia mayor en la interacción que el contenido de sus obras, a pesar de algunas zonas irredimibles; 2.Roberto Arlt, típico bohemio de Boedo, oficiaba como secretario personal de Ricardo Güiraldes, ídolo tótem de Florida; 3. Las dos editoriales emblemáticas que concentraban la producción (Claridad de Antonio Zamora y Proa de Evar Méndez) con sus ubicaciones barriales diversas definían las bocas de salida de los nuevos autores.
En el caso de los Artistas del Pueblo, podemos afirmar que esta tensión se resuelve en su adhesión a las ideologías políticas de izquierda –inicialmente al anarquismo y al anarcosindicalismo– que articulan y dan sentido a su obra y a su actuación dentro del campo plástico de las primeras décadas del siglo XX. A pesar de que no todos asumieron esa militancia con la misma intensidad y compromiso, en líneas generales muchas de sus obras revelan un programa estético que procura asociar el arte a la política. Esa relación aflora ante todo en la importancia otorgada al contenido de sus obras. Por esta razón sostienen una estética realista cuyo tema por antonomasia es la clase trabajadora, con frecuencia representada desde un “humanitarismo miserabilista” de filiación anarquista. También remite al anarquismo esa ética del trabajo manual que los lleva a preferir las técnicas más artesanales, como los diversos procedimientos del grabado o la talla directa en la escultura. La clase trabajadora, además, es la destinataria ideal de su obra; el suyo es un arte militante que se orienta a concienciar al pueblo, a mostrarle las injusticias de la sociedad capitalista y a promover la revolución.
Grupo Florida
El Grupo Florida, también llamado Grupo Martín Fierro,1 fue un agrupamiento informal de artistas de vanguardia de la Argentina durante la década de 1920 y de 1930. Tradicionalmente, la historiografía cultural argentina lo opuso al Grupo Boedo. Recibieron ese nombre porque uno de sus puntos de confluencia era la revista literaria Martín Fierro, cuya sede se encontraba en la esquina de la tradicional calle Florida y Tucumán, en la ciudad de Buenos Aires, y también porque acostumbraban a reunirse en «La Richmond», un café ubicado sobre la calle Florida, entre Lavalle y la avenida Corrientes. También era habitual que realizaran sus exposiciones en el café Tortoni.
El Grupo Florida se caracterizó fundamentalmente por la búsqueda de innovaciones vanguardistas relacionadas con las formas, como el cuestionamiento a la métrica y la rima en la poesía. Apoyaron el surrealismo, el dadaísmo, el ultraísmo y en general todas las corrientes de vanguardia europeas de la época.
Sus integrantes fueron:
J.L. Borges , Macedonio Fernández , Norah Lange , Eduardo Mallea entre otros .
Influencia De las Vanguardias Europeas :
Es la más radical revolución que sufre el arte y la literatura en su historia.
Esta tiene lugar alrededor de 1914, año en que comienza la primera guerra mundial, que de la mano con los avances tecnológicos, los amplios conocimientos históricos, la crisis espiritual que surge por el momento que se vive despierta conciencia para un nuevo cambio que se origina en la humanidad. Esta es la razón del punto de partida del surgimiento de varias escuelas artísticas que expresan el desmoronamiento del orden burgués y del clasicismo. Entre esas escuelas están:
El expresionismo, cubismo, ultraísmo, futurismo, el creacionismo, entre otras.
El Vanguardismo inaugura un nuevo modo de ver la literatura caracterizado por la primacía del prosaísmo versus musicalidad, feísmo versus preciosismo y absurdo versus comunicación lógica. De ahí que las vanguardias tuviesen en sí un carácter límite. Ruptura de la traición que habíamos heredado pero también ruptura de la ruptura, rechazo de la imitación. Los poetas vanguardistas se caracterizan, además, por:
Rendir culto a la novedad y a la sorpresa. Los poetas vanguardistas cambian la estructura formal del poema.
Renovar completamente los recursos expresivos. Metáforas, la imagen y otros recursos se convierten en reveladores de una dimensión interior.
Exploración de lo irracional. El verso se presenta sin leyes métricas ni lógicas, regido por el juego, las similitudes y el azar.
Introducir referencias a la vida moderna y al desarrollo. Modos de vida, tecnología, preocupaciones, miedos, etc.
Características generales del Vanguardismo:
Cosmopolitismo: las calles de todas las ciudades forman una red internacional más vital que la red de las academias.
Actitud ante la literatura como juego intrascendente, esteticismo. Abolición de los ornamentos, oscuridad rebuscada. Esquematismo.
Ingenio: ingeniosidad y fantasía frente a la realidad. Aforismos. Culto a la novedad y a la sorpresa.
Sentimientos: deshumanizan el arte obliterado todas las fuentes del sentimentalismo. Destruían el “yo”. Horismo.
Feísmo: desorden, estrafalario, chocante, anti-bello.
Morfología: lengua no comunicativa, el letrismo, la jitanjáfora y caligramas.
Sintaxis: destrucción de la sintaxis. Palabras en libertad. Se tachaban los nexos, las frases medianeras.
Métrica: abandono de los moldes eutróficos, de la rima, de la medida, del ritmo. Prosaísmo.
Temas: exclusión de lo narrativo y anecdótico.
Imaginismo: la metáfora.
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