GENERACIÓN DEL 37
GENERACIÓN DEL 37
La Generación del '37 se caracterizó por el
distanciamiento con respecto a la tradición española y se manifestó en la literatura mediante
la adopción del Romanticismo francés y
el inglés como modelos.
Algunas de las obras de ese período fueron:
·
El cuento El matadero de
Esteban Echeverría, y su poema La cautiva. Un joven Echeverría recién
vuelto de sus estudios en Francia publicó en un diario local en forma anónima
en 1832 lo
que fue considerado el primer relato romántico, Elvira o la novia del
Plata, mientras que El matadero se considera el primer
relato realista argentino.
El matadero, de estilo diferente de sus otras obras fue publicado muchos
años después de su muerte y atribuido a su persona, pero Echeverría fue más
relevante por sus obras de contenido político que desde el contenido literario;
fue el redactor del Dogma Socialista y la ojeada
retrospectiva que lo acompaña en 1946.
·
La novela Facundo o civilización
y barbarie en las pampas argentinas, de Domingo Faustino
Sarmiento, una visión de la vida de Juan Facundo Quiroga.
·
La novela Amalia de
José Mármol, y anterior a eso sus poesías líricas, que lo hicieron tan famoso.
Algunos ejemplos:
Los
esclavos, o los hombres sometidos al poder absoluto, no tienen patria, porque
la patria no se vincula a la tierra natal, sino en el libre ejercicio de los
derechos ciudadanos.
Esteban Echeverría, inscripción al pie del monumento.
A Rosas.
El 25 de mayo de 1843 (fragmentos).
¡Ah, Rosas! Nada hiciste por el eterno y santo
Sublime juramento que Mayo pronunció;
Por eso vilipendias y lo abominas tanto,
Y hasta en sus tiernos hijos tu maldición cayó!
Cuando de bayonetas se despeñó un torrente
Bordando de victorias el mundo de Colón,
Salvaje, tú dormías tranquilo solamente
Sin entreabrir tus ojos al trueno del cañón.
Y cuando tus hermanos al pie del Chimborazo
Sus altaneras sienes vestían de laurel,
Al viento la melena, jugando con tu lazo,
Por la desierta pampa llevabas tu corcel.
¡Ah! Nada te debemos los argentinos, nada,
Sino miseria, sangre, desolación sin fin;
Jamás en las batallas se divisó tu espada,
Pero mostraste pronto la daga de Caín!
Cuando a tu patria viste debilitado el brazo,
Dejaste satisfecho la sombra del ombú,
Y, al viento la melena, jugando con tu lazo,
Las hordas sublevaste, salvajes como tú.
Y tu primer proeza, tu primitivo fallo
Fue abrir con tu cuchillo su virgen corazón,
Y atar ante tus hordas al pie de tu caballo
Sus códigos, sus palmas y el rico pabellón.
(...)
¡Sí, Rosas, te maldigo! Jamás dentro mis venas
La hiel de la venganza mis horas agitó;
Como hombre te perdono mi cárcel y cadenas,
Pero como argentino las de mi patria, no.
Por ti esa Buenos Aires que alzaba y oprimía
Sobre su espalda un mundo, bajo su pie un león,
Hoy, débil y postrada, no puede en su agonía
Ni domeñar siquiera tu bárbara ambición.
José Mármol
(sus poesías fueron publicadas
en Buenos Aires recién en 1854,
dos años después de la caída de Rosas).
(sus poesías fueron publicadas
en Buenos Aires recién en 1854,
dos años después de la caída de Rosas).
La
sociedad argentina estaba [a 1837] dividida en dos facciones irreconciliables
por sus tendencias y sus odios. La federal, vencedora, que se apoyaba en las
masas populares y era la expresión genuina de sus instintos semibárbaros, y la
unitaria, vencida, en el destierro, con buenas tendencias, pero que había
fundado escuelas sin bases locales de criterio socialista y algo antipática por
sus arranques soberbios de exclusivismo y supremacía.
Esteban Echeverría, en su Ojeada retrospectiva.
[Los
unitarios] no han pensado nunca sino en una restauración; nosotros queremos una
regeneración.
Esteban Echeverría
...que el
cuerpo social debe garantir y afianzar los derechos del hombre, aliviar la
miseria y desgracia de los ciudadanos y propender a su prosperidad e
instrucción; que la ignorancia es la causa de esa inmoralidad que apaga todas
las virtudes y produce todos los crímenes; que ningún ciudadano podrá ser
penado sin proceso y sentencia legal; que las cárceles son para seguridad, no
para castigo de los reos; que el crimen es la infracción a la ley vigente; que
todo ciudadano debe sobrellevar cuantos sacrificios demande la patria... y que
por su parte cada ciudadano debe contribuir al sostén y conservación de los
derechos de sus conciudadanos y a la felicidad pública; que un habitante de
Buenos Aires ni ebrio ni dormido debe tener aspiraciones contra la libertad de
su patria; ellas en fin declaran que sólo el pueblo es el origen y el creador
de todo poder...
Esteban Echeverría (representación)
Quisimos
ser independientes para poder ser libres. ¿Y lo somos, señores, después de
tantos sacrificios? No. El gran pensamiento de las revoluciones y el único que
las sanciona y las legitima es la regeneración política y social; sin él,
serían la mayor calamidad con que la Providencia puede afligir a los pueblos.
Tenemos independencia, base de nuestra completa regeneración; pero nos falta...
la techumbre, el abrigo de los derechos, el complemento del edificio político,
la LIBERTAD, porque nuestra regeneración apenas si ha comenzado.
Esteban Echeverría, en el banquete del 9 de julio de 1837
(representación)
...El
objeto principal que nos proponemos es la fraternidad de todos los hijos de
nuestra tierra por medio de un dogma social común. Ese dogma es el dogma de
mayo, es decir el dogma de la patria. La religión social... que V.S. como todo
patriota, debe tener grabada en el fondo de su corazón, pero que
desgraciadamente unos han comprendido de un modo y otros de otro; es la
religión que nosotros invocamos como principio fecundo de concordia y
fraternidad. No somos ni unitarios ni federales... Queremos, en la organización
nacional, la soberanía e independencia en todo lo relativo a su régimen
unitario y la erección de un gobierno central para la gestión de los intereses
y la dirección de los negocios generales... Queremos para asegurar el goce de
las garantías sociales, la organización del sistema municipal en cada distrito,
en cada villa, en cada departamento de provincia y V.E. no debe ignorar que el
sistema municipal es el fundamento necesario a toda federación bien consolidada
y cimentada... No existe el convencimiento de que nadie en la República está en
situación más ventajosa que V.E. para... promover con suceso la fraternidad de
todos los argentinos y la pacificación de nuestra tierra. Esa gloria es
envidiable y si V.E. la conquista merecerá, sin duda, el título de primer
grande hombre de nuestra República Argentina.
Esteban Echeverría, al gobernador de Entre Ríos Justo José de Urquiza, al enviarle un
ejemplar del Dogma Socialista de Mayo
En la
lápida de Florencio Varela, asesinado por orden de Manuel Oribe en
la noche del 20 de marzo de 1848.
Muerto a la libertad, nació a la historia,
Y es su sepulcro templo de su gloria.
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